11 dic 2013

Pared con pared

El vecino del que no sabemos su nombre ni hemos visto su rostro, pero ya casi conocemos de memoria el rasguño de su tos, el torrente de su orina o sus entrecortados gemidos al hacer el amor al otro lado de la pared. Así también empiezo a conocer a ciertos personajes de la novela que estoy escribiendo: por su vida íntima, por sus secretas obsesiones, antes que por su cara.