16 may 2014

El mundo como enigma adjetival

Dicen que lo primero que surge en la mente del recién nacido, de manera natural, es el adjetivo: esto es blando o duro, dulce o insípido, frío o caliente... La cosa en sí, poseedora de tales cualidades, no aparece sustantivada, nombrada, sino mucho después, cuando se intenta la comunicación con el otro desde el recuerdo y la invocación. Antes del sustantivo y del verbo, el niño se ha movido por el mundo usando parámetros puramente adjetivales.
Si pudiera escribirse un texto así, con nada más que adjetivos que eludieran los nombres de las cosas, esas incomprensibles líneas serían como dejar que el mundo nos naciera de nuevo.